jueves, 8 de abril de 2010







Nombre: Alonso Cano
Nacionalidad: España
Granada (1601) - Granada (1667)
Estilo: Barroco Español

Alonso Cano fue pintor, arquitecto y escultor. Por su gran versatilidad se le llamó el Miguel Ángel español. Se formó primero con su padre, Miguel Cano, y después en el taller de Pacheco, en donde también estaba Diego Velázquez. A partir de 1629 su actividad fue sobre todo escultórica, con la que tuvo un gran reconocimiento; de hecho, su labor como escultor, aunque escasa en número, es la más importante. Dentro de su obra pictórica vemos que desarrolla un estilo renacentista junto a un vivo colorido de influencia veneciana. En Madrid, junto a Velázquez tenía un taller en el que restauraba las pinturas de las colecciones reales. Sus temas fundamentales fueron religiosos, como San Francisco de Borja (1624) del Museo de Arte de Sevilla o el San Juan Evangelista (1635) de la Colección Wallace en Londres. Apenas pintó temas profanos. Su vida fue muy tormentosa, en contraste con la dulzura de sus pinturas. Casado con una adolescente casi niña, parece ser que le causaba malos tratos. La muerte de ésta hizo que se le acusara de parricidio, aunque no se demostró.


obras:

CRISTO MUERTO





Título: Cristo muerto (1646 h.)
Autor: Alonso Cano
Museo: Museo del Prado
Estilo: Barroco

Cano utilizó a lo largo de su vida modelos de otros pintores para realizar sus propios lienzos. Este caso sería el mismo, puesto que la figura de Cristo copia cuadros del Manierismo veneciano, hecho que no resta calidad a la obra del español. El Cristo muerto que nos presenta es uno de los más hermosos que se ejecutaron en el siglo XVII y existe otro muy parecido, también en el Museo del Prado. Resulta asombroso el estudio de la anatomía que Alonso Cano ha realizado y, sobre todo, el análisis de la luz, al modo de los caravaggistas: un fondo oscuro sin iluminación ni referencias espaciales, contra el cual se recortan las figuras de Cristo y el ángel, fuertemente iluminados por un foco lateral. Los matices de la piel del hombre muerto son infinitos, en una gama delicadísima de rosas y blancos, continuados como una melodía en los blancos y los grises del sudario. Como ya resulta frecuente en estos años, el pintor coloca una serie de objetos al lado de la acción a modo de naturaleza muerta perfectamente captados: se trata de una jofaina con agua para lavar las heridas de Cristo, así como los símbolos de la Pasión, la corona de espinas y los tres clavos.

CRUCIFICADO:




Título: Crucificado (1650-60)
Autor: Alonso Cano
Museo: Real Academia de Bellas Artes de San Fernando
Estilo: Barroco Español


La figura de Alonso Cano, eclipsada por Velázquez, es una de las más importantes del Barroco español. Ambos artistas trabajaron juntos en el taller de Pacheco, llegando a realizar alguna obra de manera conjunta en la que resulta imposible saber lo que salió de cada pincel. Sin embargo, Cano tomará una vía diferente, interesándose por los maestros venecianos. Este Crucificado que contemplamos es uno de los muchos cuadros de devoción que se realizaron a lo largo del siglo XVII, siguiendo la iconografía impuesta por su maestro Pacheco al colocarlo con cuatro clavos, la calavera de Adán a sus pies y la ciudad de Jerusalén al fondo. La bella y escultórica figura está perfectamente trazada y cubre sus partes íntimas con un paño de pureza blanco que revoletea al viento. Apoya los pies en un subpedáneo y su cuerpo parece venirse hacia adelante por la postura de la cabeza coronada de espinas, que mira hacia abajo como arrepintiéndose de su decisión. La luz ilumina plenamente el cuerpo y crea un profundo contraste con el oscurecido fondo. La sangre está presente en la figura pero de manera delicada, sin ser el elemento principal del asunto. La sensación atmosférica que rodea a Cristo está inspirada en la Escuela veneciana.

DOS REYES



Título: Dos Reyes (1639/41)
Autor: Alonso Cano
Museo: Museo del Prado
Estilo: Barroco

Gracias al título del lienzo en los catálogos antiguos podemos saber que se trata de dos reyes godos, aunque nada nos indica cuáles puedan ser sus respectivas identidades. El motivo de la obra es desconocido y la hace muy interesante, pues Alonso Cano apenas trató temas profanos, ya que su producción casi estaba copada por encargos religiosos. Las figuras resultan de tamaño mayor que el natural, captadas desde un punto de vista bajo que hace pensar que estaban pensadas para colocarse en alto. Los dos personajes están reflejados con extraordinario realismo, lo cual habla de las dotes pictóricas del artista. Uno de ellos aparece caracterizado como un obeso de rostro sonrosado y ojos hundidos. El otro es un joven de mirada recelosa, bajo cuyo manto de hermosa seda azul asoma la punta de una espada. El modo de representarlos y el hecho de que formen un par resulta poco habitual para el arte de la época. Puede que se trate de un lienzo integrante de una serie de los reyes de España. En cualquier caso, hay que apreciar el dominio del color que a estas alturas demuestra Cano, tras su aprendizaje sobre los pintores venecianos y su colega Velázquez. Sus colores son de gamas atrevidas y combinaciones sorprendentes, como sólo Zurbarán se atrevía a hacer. Sin embargo, están matizados con una sutilísima delicadeza que los armoniza con gran efectismo.

INMACULADA





Título: Inmaculada (1653-57)
Autor: Alonso Cano
Museo: Museo BB.AA. Granada
Estilo: Barroco Español

Alonso Cano realizó esta Inmaculada Concepción según los postulados de la estética barroca sevillana. El tema de la Inmaculada pone de manifiesto la inocencia y la virginidad de María al concebir a Jesús. Para destacar esta idea, la joven María suele representarse con una serie de características que el fiel conocía e identificaba. Eran, por ejemplo, la túnica blanca con el manto azul, las doce estrellas que coronan su cabeza, la media luna sobre la cual se apoya, etc. Estos rasgos fueron establecidos, especialmente, a través de escritos como los de Francisco Pacheco, el suegro de Velázquez, que luego otros pintores ejecutaban en sus obras. Cano ha utilizado para esta pintura sus dotes de escultor, puesto que la imagen tiene un aspecto muy tridimensional, con correctos volumen y sombreado, como si fuera una escultura de bulto redondo.

SAN BERNANDO



Título: San Bernardo (1656/60)
Autor: Alonso Cano
Museo: Museo del Prado
Estilo: Barroco

El tema del lienzo que Alonso Cano pintó para los monjes capuchinos de Toledo es bastante inusual, por prestarse a interpretaciones escabrosas y alejadas de la piedad que se pretendía suscitar. Se trata de uno de los acontecimientos milagrosos de San Bernardo, quien a punto de fallecer de inanición fue alimentado por la mismísima Virgen María en una aparición milagrosa. La forma de plasmar al santo recibiendo la leche había de ser lo más pura posible, por lo que Cano ubica la acción en el propio altar. Dado el tamaño del lienzo, pudiera decirse que la escena es totalmente verosímil, pues tanto las dimensiones del altar como de las figuras se aproximan al natural. De este modo el santo, que se había arrodillado a rezar a la imagen de la Virgen, contemplaría asombrado cómo de esta imagen esculpida brotaba la leche que le alimenta. El estilo dulce y colorido de Cano se mantiene en esta obra como en otras, aunque parece haber reducido su paleta a los colores blanco y rojo que predominan en el lienzo.


Estos son algunos de sus lienzos...

INMACULADA



Esta preciosa escultura de Alonso Cano, de madera policromada, de
1,72 m de altura y fechada entre
1620 y 1625, constituye una de sus primeras obras conocidas de su
etapa sevillana, la cual demuestra la proximidad del artista a la obra de
Juan Martínez Montañés durante su periodo de formación.Al igual que en el resto de su producción, tanto pictórica como escultórica, observamos el gusto por la belleza serena y contenida de sus personajes que no necesitan mostrar su emoción interior mediante gestos exagerados o pronunciados. El especial tratamiento que concede Cano a los ropajes será el que introduzca en gran medida el ritmo y el sentido de ascensionalidad en la escena.

VIRGEN DE BELÉN



Esta pequeña talla de 45 cm fue realizada por Alonso Cano para rematar el facistol que diseñó para la catedral y para sustituir la escultura de la Inmaculada que a su vez él mismo talló y que por su belleza fue llevada a la Sacristía para facilitar su contemplación. Cano en su etapa granadina (1652-1667) tuvo una especial inclinación hacia las obras escultóricas de pequeño formato, y parece que en ellas es capaz de
mostrar una mayor intimidad.

De nuevo destacaremos la belleza serena de la imagen y el minucioso tratamiento de los ropajes de María que destacan frente a la desnudez del niño. En la producción de Alonso Cano volveremos a encontrar la misma temática en varias obras pictóricas, caso de la Virgen del Lucero del Museo del Prado, o en la Virgen de Belén del Palacio Arzobispal de Granada.


Estas son algunas de sus esculturas...

2 comentarios:

  1. Javier en la foto de Dos Reyes se ha vuelto a colocar debajo no sé por qué...

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  2. Por cierto...¿por qué solo pones esculturas y pinturas?. En todo caso, gran esfuerzo de documentación. Te mereces una buena nota...me gusta especialememte los comentarios sobre la escultura que haces...

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